Adolphe Desoignie fue el ingeniero de minas belga que dirigió las minas de Arnao y Santa María del Mar de la RCAMC desde 1838. Sustituyó en el cargo a Armando Nagel, otro ingeniero de minas belga, que el 20 de diciembre de 1833 había comenzado las labores de la mina de Arnao.
Por suerte, Guillermo Schulz pasó por la mina de Arnao en uno de sus «viages por Asturias», el 1 de agosto de 1836:
La mina de Arnao está en un estado brillantísimo, hay un gran
muelle delante de la galería prolongando su piso como unas 80 ó 100 varas;
la galería principal subterranea tiene 100 de longitud; debajo de ella, á cosa
de 27 varas tendidas, se explotó un trecho por medio de plano inclinado que
ahora está abandonado y remplazado mas adelante por otro plano incli
nado de 20 varas tendidas, que está en excelente estado y desde su galería
honda, de donde se saca alguna poca agua en toneles por el plano inclinado,
se ha comenzado otro plano inclinado mas hondo que está en trabajo; por
la parte superior hubo un plano inclinado o galería paralela á las
veinte varas, cuyo trabajo se arruinó por falta de madera y se hizo de nuevo
á treinta varas tendidas que sigue perfectamente; en el remate actual
de la galería principal se trata de hacer nuevo plano inclinado
subiendo; la ventilación está en buen estado, aunque complicada, por medio del pozo
de indagación que se hizo en un principio. La costosísima madera, que viene
mayormente de las rías bajas de Galicia, absorve hasta ahora toda la ganancia
y la empresa se verá precisada a subir el precio del carbón ½ real
para lograr sobrante, pues actualmente aun hay (...) un déficit,
aunque pequeño; creo que el precio actual es de 2½ á 3 reales puestos a bordo.
De lo expuesto por Schulz deduzco que la mina de Nagel contaba con un socavón a nivel del muelle, comunicado con un pozo de ventilación, cuyo brocal debería estar, por lógica, en lo alto del acantilado. Este socavón, de 100 varas de longitud (∼86 m), seguramente se paró al llegar a la falla que Schulz describe en 1844. La mina continuó su explotación por encima y por debajo del nivel de socavón mediante galerías de nivel conectadas por planos inclinados con el socavón.
Desoignie continuó las labores de su antecesor Nagel hasta que decidió profundizar una nueva mina, por debajo de la anterior y explorar una zona nueva en el valle del Arco. De estas dos minas hay bastantes referencias publicadas:
- El propio Desoignie publica en el número 1 de la Revista Minera (1850), Descripcion con plano y corte geognósticos del criadero carbonífero de Arnao.
- Guillermo Schulz hace referencia a las minas de Arnao en sus Breves informes sobre el estado actual de algunas minas de carbon de Asturias en el Boletín Oficial de Minas de 1844.
- En 1847, el ingeniero de minas José González Lasala publica Memoria sobre las minas de carbón de piedra de Arnao.
Las dos minas se identifican como mina de Arnao y mina del Arco, que explotan dos bancos (capas) distintos, que denominan como banco de Arnao y banco del Arco, respectivamente. En aquella época se tenía por dos capas distintas lo que en realidad es una única capa.
Mina de Arnao
La mina de Arnao se situaba al borde del muelle donde se embarcaba el carbón para el puerto de Avilés. Desoignie identifica esta mina en el plano por una galería descendente hasta el banco de Arnao a 170 pies de profundidad (∼47 m). Esta galería es lo que denominaban un «valey»: un plano inclinado según el buzamiento de la capa, con doble vía. Lasala nos da varios datos sobre el valey:
- inclinación de 22 a 25º, con una longitud de 117 varas (∼97,8 m)
- 2 varas de altura (∼1,67 m) y ancho para dos vías.
- posteado con cuadro cerrado. Además de los pies derechos y la trabanca (peones y puente), el cuadro se cierra por abajo con un «atravesado» (solera) para los carriles. Además, el cuadro lleva un posteo intermedio para dividir la sección en dos mitades idénticas.
Schulz añade como datos que el valey disponía de las bombas de desagüe a un lado y un paso de personal al otro.
Desde el valey se guiaba la capa a ambos lados, hacia el interior y hacia el mar, ya que la capa tenía dirección O-SO a E-NE. Schulz (1844) señala que la corrida explotada es de 330 varas (∼276 m), sin llegar a adentrarse en el mar y por tierra adentro limitada por una «falla estraordinaria» de «enorme anchura y singular disposicion».
Lasala recoge que las «galerías horizontales» tenían una sección de 2 varas (alto) por 1,66 varas (∼1,39 m de ancho) y estaban entibadas con portadas (dos postes y trabanca) o medias portadas (un poste y trabanca), con una distancia promedio de posteo de 1 vara. La sección de estas galerías era rectangular, con los postes verticales, ya que Lasala indica «sin acope». Y el ajuste entre pie derecho y trabanca era «de media caña», es decir, similar al usado en el cabeceado de mampostas en testeros, el conocido como «boca de lobo».
Estas galerías horizontales disponían de una vía cuya característica más destacada era que los carriles no estaban atornillados a las traviesas sino que se sujetaban mediante cuñas de madera que entraban en mortajas trapezoidales en las mismas. Según mi criterio, deberían ser similares a esto:
El plano era servido por un malacate situado en el exterior, en el que trabajaban dos parejas de bueyes, en turnos de seis horas cada una. En cada turno, la pareja era capaz de extraer de la mina 55 «wagones», con un peso total cada uno de 60 arrobas (22 del vagón y 38 de carbón, unos 437 kg de carbón por cordada).
El malacate, de eje vertical, tenía una polea de tres varas de radio que accionaba una cadena de hierro de 550 pies de longitud (∼460 m) y los bueyes ejercían su fuerza a 20 pies del eje.
Mina del Arco
La mina del Arco se encontraba, según Schulz «en lo alto de aquella costa á unas 350 varas de la escarpa de la misma», es decir, a unos 300 m. En esta mina la capa tiene unos 20 a 35 pies de espesor, un rumbo de SSE a NNO y un buzamiento de 34º E. El muro en este caso es de arcilla siendo el techo también de “cayuela ó pizarrilla negra”. Esta mina sigue el mismo sistema de explotación que la del Valey nuevo. En esta mina existe un plano inclinado interior de 100 pies (28 m aprox.) de longitud. Desde la cabeza del plano había un ferrocarril de 360 varas (301 m aprox.) de longitud, primero en galería y luego en superficie, hasta lo alto de la costa. Ahí enlazaba con el freno (plano inclinado automotor) de doble vía, 374 pies (104 m) de longitud, y 12 a 22º de inclinación. Este freno llevaba los vagones hasta la plaza de la mina del Valey nuevo. De la plaza partía otro “camino de hierro” de 30 varas de longitud hasta el embarcadero de donde partían las lanchas que conducían el carbón hasta la puerto de San Juan de Nieva en la ría de Avilés.