Las minas de Arnao fueron un conjunto de explotaciones mineras de carbón que existieron desde, al menos, 1593 hasta 1915 en el extremo oeste de la concha de Arnao, en el concejo asturiano de Castrillón, en España.

Dichas minas fueron singulares por muchas razones. Comenzando por la explotación de fray Agustín Montero, la primera mina de carbón documentada de Asturias, en 1593.

La llegada de los belgas en 1833 supuso el comienzo de la explotación moderna del yacimiento, al borde del mar, en la mismo lugar que desde  1593. No por repetida deja de ser menos cierta la frase de Jordi Nadal: una de las «dos primeras empresas carboneras dignas de tal nombre», la Real Compañía Asturiana de Minas de Carbón. Además de capital, los belgas aportaron conocimientos y técnicas para el laboreo, suficientes para aventurarse a explotar el carbón por debajo del mar.

Abandonado el fallido proyecto siderúrgico, en 1953 se refunda la Real Compañía en la Compagnie Royale Asturienne des Mines para la metalurgia del zinc con una nueva mina. Esta nueva mina contaba con el primer pozo vertical de Asturias para explotar una capa de carbón excepcional en Asturias: en torno a 20º de buzamiento y hasta 10 m de potencia. Nada que ver con las capas verticales y estrechas de la Cuenca Central Asturiana.

Por desgracia, la osadía de arrancar carbón bajo las olas del Cantábrico fue castigada por la mar oceána con su intrusión dentro de las entrañas de la mina para poner fin a una historia minera de más de tres siglos.

En este sitio web recopilo informaciones, hago comentarios y formulo hipótesis sobre las minas de Arnao y su laboreo. Por deformación profesional y personal utilizo vocabulario moderno de minería, por lo que he estimado conveniente, para una mejor comprensión del lector, incluir una página con un Glosario y alguna más con temas específicos como la de ventilación. Y también una dedicada a Bibliografía.

Todo ello sometido a constante actualización y ampliación y a la crítica del lector.

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Luis Manuel López Muñiz

Ingeniero de minas

 

 

 

 

 

 


 

Adolphe Desoignie fue el ingeniero de minas belga que dirigió las minas de Arnao y Santa María del Mar de la RCAMC desde 1838. Sustituyó en el cargo a Armando Nagel, otro ingeniero de minas belga, que el 20 de diciembre de 1833 había comenzado las labores de la mina de Arnao.

Por suerte, Guillermo Schulz pasó por la mina de Arnao en uno de sus «viages por Asturias», el 1 de agosto de 1836:

La mina de Arnao está en un estado brillantísimo, hay un gran
muelle delante de la galería prolongando su piso como unas 80 ó 100 varas;
la galería principal subterranea tiene 100 de longitud; debajo de ella, á cosa
de 27 varas tendidas, se explotó un trecho por medio de plano inclinado que
ahora está abandonado y remplazado mas adelante por otro plano incli
nado de 20 varas tendidas, que está en excelente estado y desde su galería
honda, de donde se saca alguna poca agua en toneles por el plano inclinado,
se ha comenzado otro plano inclinado mas hondo que está en trabajo; por
la parte superior hubo un plano inclinado o galería paralela á las
veinte varas, cuyo trabajo se arruinó por falta de madera y se hizo de nuevo
á treinta varas tendidas que sigue perfectamente; en el remate actual
de la galería principal se trata de hacer nuevo plano inclinado
subiendo; la ventilación está en buen estado, aunque complicada, por medio del pozo
de indagación que se hizo en un principio. La costosísima madera, que viene
mayormente de las rías bajas de Galicia, absorve hasta ahora toda la ganancia
y la empresa se verá precisada a subir el precio del carbón ½ real
para lograr sobrante, pues actualmente aun hay (...) un déficit,
aunque pequeño; creo que el precio actual es de 2½ á 3 reales puestos a bordo.

De lo expuesto por Schulz deduzco que la mina de Nagel contaba con un socavón a nivel del muelle, comunicado con un pozo de ventilación, cuyo brocal debería estar, por lógica, en lo alto del acantilado. Este socavón, de 100 varas de longitud (∼86 m), seguramente se paró al llegar a la falla que Schulz describe en 1844. La mina continuó su explotación por encima y por debajo del nivel de socavón mediante galerías de nivel  conectadas por planos inclinados con el socavón.

Desoignie continuó las labores de su antecesor Nagel hasta que decidió profundizar una nueva mina, por debajo de la anterior y explorar una zona nueva en el valle del Arco. De estas dos minas hay bastantes referencias publicadas:

  • El propio Desoignie publica en el número 1 de la Revista Minera (1850), Descripcion con plano y corte geognósticos del criadero carbonífero de Arnao.
  • Guillermo Schulz hace referencia a las minas de Arnao en sus Breves informes sobre el estado actual de algunas minas de carbon de Asturias en el Boletín Oficial de Minas de 1844.
  • En 1847, el ingeniero de minas José González Lasala publica Memoria sobre las minas de carbón de piedra de Arnao.

Las dos minas se identifican como mina de Arnao y mina del Arco, que explotan dos bancos (capas) distintos, que denominan como banco de Arnao y banco del Arco, respectivamente. En aquella época se tenía por dos capas distintas lo que en realidad es una única capa.

Mina de Arnao

La mina de Arnao se situaba al borde del muelle donde se embarcaba el carbón para el puerto de Avilés. Desoignie identifica esta mina en el plano por una galería descendente hasta el banco de Arnao a 170 pies de profundidad (∼47 m). Esta galería es lo que denominaban un «valey»: un plano inclinado según el buzamiento de la capa, con doble vía. Lasala nos da varios datos sobre el valey:

  • inclinación de 22 a 25º, con una longitud de 117 varas (∼97,8 m)
  • 2 varas de altura (∼1,67 m) y ancho para dos vías.
  • posteado con cuadro cerrado. Además de los pies derechos y la trabanca (peones y puente), el cuadro se cierra por abajo con un «atravesado» (solera) para los carriles. Además, el cuadro lleva un posteo intermedio para dividir la sección en dos mitades idénticas.

Schulz añade como datos que el valey disponía de las bombas de desagüe a un lado y un paso de personal al otro.

Desde el valey se guiaba la capa a ambos lados, hacia el interior y hacia el mar, ya que la capa tenía dirección O-SO a E-NE. Schulz (1844) señala que la corrida explotada es de 330 varas (∼276 m), sin llegar a adentrarse en el mar y por tierra adentro limitada por una «falla estraordinaria» de «enorme anchura y singular disposicion».

Lasala recoge que las «galerías horizontales» tenían una sección de 2 varas (alto) por 1,66 varas (∼1,39 m de ancho) y estaban entibadas con portadas (dos postes y trabanca) o medias portadas (un poste y trabanca), con una distancia promedio de posteo de 1 vara. La sección de estas galerías era rectangular, con los postes verticales, ya que Lasala indica «sin acope». Y el ajuste entre pie derecho y trabanca era «de media caña», es decir, similar al usado en el cabeceado de mampostas en testeros, el conocido como «boca de lobo».

Estas galerías horizontales disponían de una vía cuya característica más destacada era que los carriles no estaban atornillados a las traviesas sino que se sujetaban mediante cuñas de madera que entraban en mortajas trapezoidales en las mismas. Según mi criterio, deberían ser similares a esto:

 

El plano era servido por un malacate situado en el exterior, en el que trabajaban dos parejas de bueyes, en turnos de seis horas cada una. En cada turno, la pareja era capaz de extraer de la mina 55 «wagones», con un peso total cada uno de 60 arrobas (22 del vagón y 38 de carbón, unos 437 kg de carbón por cordada).

El malacate, de eje vertical, tenía una polea de tres varas de radio que accionaba una cadena de hierro de 550 pies de longitud (∼460 m) y los bueyes ejercían su fuerza a 20 pies del eje.

Mina del Arco

La mina del Arco se encontraba, según Schulz «en lo alto de aquella costa á unas 350 varas de la escarpa de la misma», es decir, a unos 300 m. En esta mina la capa tiene unos 20 a 35 pies de espesor, un rumbo de SSE a NNO y un buzamiento de 34º E. El muro en este caso es de arcilla siendo el techo también de “cayuela ó pizarrilla negra”. Esta mina sigue el mismo sistema de explotación que la del Valey nuevo. En esta mina existe un plano inclinado interior de 100 pies (28 m aprox.) de longitud. Desde la cabeza del plano había un ferrocarril de 360 varas (301 m aprox.) de longitud, primero en galería y luego en superficie, hasta lo alto de la costa. Ahí enlazaba con el freno (plano inclinado automotor) de doble vía, 374 pies (104 m) de longitud, y 12 a 22º de inclinación. Este freno llevaba los vagones hasta la plaza de la mina del Valey nuevo. De la plaza partía otro “camino de hierro” de 30 varas de longitud hasta el embarcadero de donde partían las lanchas que conducían el carbón hasta la puerto de San Juan de Nieva en la ría de Avilés.

La historia de las minas

Aunque la mina de la Real Compañía Asturiana de Minas (RCAM) es, sin duda, la principal en el laboreo del yacimiento a lo largo de los siglos, antes de ella existieron unas cuantas más, que

Las capas

De la mina de la RCAM

El yacimiento hullero de Arnao, datado en el Estefaniense, no comprende muchas capas de carbón. De hecho, a lo largo de su historia minera solo se mencionan dos de ellas como objeto de laboreo, con una de ellas como protagonista única y principal, la capa de Arnao de la Real Compañía Asturiana de Minas.

El primero en mencionar dos capas explotables en Arnao es Adolfo Desoignie. En su publicación en la Revista Minera, las identifica como el banco (capa) de Arnao y el del Arco. Ahora bien, esta capa de Arnao es distinta de la capa de Arnao de la Real Compañía Asturiana de Minas. Es, con toda probabilidad, la capa que descubrió fray Agustín Montero y que dio origen a la primera mina conocida de carbón en Asturias. Esta capa, seguramente, fue objeto de laboreo desde fray Agustín hasta Desoignie, incluyendo la primera explotación de los belgas por Armand Nagel, al pie del acantilado en el borde occidental de la playa de Arnao. La investigación minera mediante pozos de Desoignie le llevó a descubrir, tierra adentro, en el valle del Arco, la capa del Arco, que, con el tiempo pasaría a ser la capa de Arnao, relegando a la primera.

No todos los autores que se han ocupado de la geología o la minería de Arnao están de acuerdo con Desoignie y afirman que, en realidad, no eran dos capas distintas sino una única capa. Por ejemplo, Ignacio Patac, en su Estudio geológico-minero de la cuenca hullera submarina de Arnao (Avilés) escribió que «la idea de las dos capas de carbón, distintas, del Arco y de Arnao, llegó a apoderarse por completo de aquel ingeniero» refiriéndose a Desoignie (p. 12). A pesar de calificar el corte geológico realizado por Desoignie en enero de 1847, con las dos capas, como «el mejor corte estratigráfico [...] de este terreno hullero, que hemos podido encontrar» (p. 10). Patac también recoge el parecer del geológo francés Charles Barrois que es uno de los partidarios de la capa única: «es muy probable que no sean más que trozos separados por fallas de una sola y misma capa» (p. 14).

Lasala hace una descripción gráfica de las capas

  • Banco de Arnao (mina del Valey): muro (yacente) de arenisca, carbón de 1.ª calidad, carbón pizarroso (3.ª calidad), carbón de 2ª calidad y techo de pizarra.
  • Banco del Arco (mina del idem): muro de arenisca, carbón terroso que no arranca, carbón de 2.ª y de 3ª entremezclado y techo de pizarra arcillosa.

Ambas capas son citadas en Fernando Bernáldez, Juan Pablo Lasala y R. Rúa Figueroa en un artículo en la Revista Minera publicado en 1855. En su Observaciones sobre la esplotacion, estado actual y porvenir de las capas de hulla de Asturias hablan de «dos capas muy potentes de carbon seco que marchan casi siempre paralelas». El texto va acompañado de dos figuras, siendo la segunda de ellas un «Corte vertical de las capas de carbon de Arnao (Avilés)». En este corte, muy expresivo, ya se muestra el pozo maestro, la galería del Sobordo y las citadas dos capas, identificadas en el corte con c y c'. En la esplicacion del corte se muestra:

c : capa de carbon.

c': capa de carbón llamada del Sobordo.

La del Sobordo es fácilmente identificable como la capa de Arnao por su geometría: desde tierra adentro buza hacia el mar hasta el pozo maestro donde se pone en vertical hasta el fondo del mismo para continuar con similar pendiente bajo el mar Cantábrico.

La otra capa se muestra paralela y por encima de la de Arnao en el extremo izquierdo del corte, desde una peña en medio del mar. Esta se correspondería con el banco de Arnao de Desoignie.

Este corte tiene una gran similitud con el incluido en la publicación de Dory, en 1900. En el de Dory sólo aparece la capa de Arnao. Y vuelve a aparecer la peña en medio del mar que identifica como «Ilot de la Curita» e indica que la capa está a 100 m de profundidad bajo ella.

Patac, a pesar de ser partidario de la capa única, proporciona datos para distinguir dos capas. El ingeniero de minas gijonés recoge los datos relacionados con tres sondeos realizados por la Real Compañía en 1923 y un corte estratigráfico del pozo Llosario. En este corte se observan capas de carbón al techo de dos bancos de pudingas sobre la capa de Arnao. Estas capas no fueron cortadas en el tercer sondeo, sobre la zona explotada, cerca del pozo maestro. El propio Patac opina que no aparecen «tal vez por hallarse en falla o haber sido explotadas en los antiguos trabajos». Creo firmemente que, sin duda, las capas ausentes se corresponden con las minas antiguas y que una de ellas se corresponde con la capa de Arnao de Armand Nagel.