El castillete de la mina de Arnao
La infraestructura más visible de un pozo minero suele ser el castillete. Su presencia en el paisaje delata la presencia, pasada o presente, de una mina subterránea bajo él. Arnao no es una excepción, a pesar de la clausura de la mina hace más de un siglo.
Por fortuna para todos, se conserva de la antigua mina el castillete y la casa de máquinas del pozo, que forman un conjunto que engloba además dos edificaciones adosadas a la parte trasera y lateral del castillete. La primera es el embarque (o enganche) exterior del pozo, que permitía el acceso de material ferroviario a la caña del pozo. El segundo albergaba un transformador eléctrico y el material eléctrico asociado, en tiempos más recientes y el accionamiento de una bomba anteriormente. El conjunto forma espacial y visualmente una única construcción, aunque los materiales y volúmenes delatan los distintos usos, todos relativos a la extracción de hulla por el pozo vertical.
El castillete tiene estructura de madera con cubierta de zinc en sus laterales. En su parte superior, donde se sitúan las poleas, presenta forma de templete con cubierta a cuatro aguas, de chapa y listón de zinc con crestería y pináculos, empleándose también escamas de zinc y trabajando los ángulos con motivos de imposta decorados.
La sala de máquinas posee planta rectangular con una única altura y cubierta a dos aguas en la que se dispone un linternón calado con óculo revestido con escamas de zinc. El alzado de la fachada a la vía pública abre huecos en arco rebajado con dovelas en ladrillo macizo visto entre pilastras, siendo el central una puerta y los otros dos ventanas; el resto queda embebido en la estructura del antiguo casino.
El volumen del transformador se adosa al lateral visible de la vía pública, teniendo planta cuadrada y siendo un volumen simple torreado, ciego a excepción de la puerta a ras de suelo y de otra accesible a través de una escalera de patín. Está realizado con caja de muros maciza, destacando el tratamiento de las cadenas angulares y la cornisa moldurada en ladrillo macizo.
El cuerpo del embarque presenta una planta cuadrangular, con una única altura, destacando un gran portón abierto en arco de medio punto rebajado para el acceso mediante vías y recibe luz a través de óculos y de un linternón acristalado situado en los laterales, que destaca por su cubierta a dos aguas. Los materiales y tratamientos de las fachadas son similares al transformador y casa de máquinas, a excepción de la cornisa ejecutada en zinc.
La configuración del embarque exterior es distinta a la de los castilletes modernos. En estos, lo habitual, en extracción con jaulas y vagones, es que el embarque (entrada de vagones vacíos) y el desembarque (salida de vagones llenos) se realicen en el mismo sentido: los vagones vacíos acceden desde un lado del pozo a la jaula y empujan a los vagones llenos. Estos salen hacia el otro lado del pozo:
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En este esquema simpificado se muestra el embarque exterior de un pozo desde arriba. A la izquierda se encuentra el lado del vacío. Los vagones vacíos se sitúan en las inmediaciones, esperando la llegada de la jaula. Cuando esto ocurre, un vagón vacío se empuja al interior de la jaula y el cargado sale de la jaula por el lado derecho, por el empuje del vacío. Una vez asegurado el vagón en la jaula, desciende la jaula, lo que conlleva el ascenso de la otra, en la que se repite la operación. Y así sucesivamente. |
En Arnao, los vagones llenos salían hacia el embarque, situado al este del castillete, y desde ese mismo lado se introducían los vagones llenos.
Al pozo llegaban dos vías paralelas que se enlazaban entre sí con un bretel. Con este aparato de vía era posible disponer todos los vagones de carbón en la misma vía y dirigir los vacíos a las dos jaulas desde la misma vía.